domingo, 8 de noviembre de 2015

#Sensitivísmo

Capítulo 5

#Sensitivísmo


Las experiencias sensoriales son las más atrayentes en la vida: tacto, gusto, olfato, oído y vista son nuestros adaptadores cerebrales a la realidad que nos rodea. No existen dos verdades en el mundo solo hay una y la adecuación de nuestra mente a ella nos convierte en personas congruentes. La congruencia es el esplendor de la verdad, ya que ella es reflejo del equilibrio exacto entre lo que se dice con lo que se hace y aunque es difícil mantenerla, siempre al ser parte de nosotros dentro de nuestras virtudes hay asegurado un camino prodigioso hacia nuestras metas y objetivos.
Contrario a ello, existen experiencias que pueden describirse como extrasensoriales en donde la agudeza de un solo receptor de los antes mencionados pude llevarnos a vivir momentos fuera de lo que las personas llegan a percibir en estado cotidiano, y que lejos de ser algo nocivo, puede ser un apoyo para sanar el alma.
Así comenzó nuestro camino en las sustancias extrasensoriales que nos llevaban a vivir un sensitivísmo único el cual lejos de asustarnos nos llenaba de más y más capítulos en nuestras salidas, conociendo cada vez a mayor cantidad de personas y acumulando sensaciones nuevas que nos hacían ver de otra manera nuestras situaciones propias del día a día.
  Una mañana me dirigí con ella a un lugar conocido como el tianguis cultural aquí en Guadalajara en el cual su característica principal es la venta de artículos de índole más radical y relajado, lo que abarca desde instrumentos para fumar cualquier tipo de planta hasta ropa con diseños elaborados propiamente por los vendedores. Bajo este panorama ella me invito un brownie que una chava vendía en un servilletero tapado de forma sospechosa.
Yo nunca pensé mal al respecto me imagine que eran producto de algún tipo de rama vegetariana o referente a un movimiento similar al ver el contexto alrededor mío, por lo que consumí dicha variedad de pan con singular alegría sin miedos, inhibiciones o dudas.
Al paso de las horas sentí como mi cuerpo cada vez se hacía más pesado y torpe, de igual manera mis ojos se cerraban y no tenía sueño solo una pesadez increíble que no me permitía moverme hacia ningún lado lo que me llevo a sospechar acerca de lo que había ingerido.
Mi primer pensamiento fue que me había intoxicado con alguno de los componentes, más como primer paso decidí preguntar cuál era el ingrediente singular que contenían y mi sorpresa fue enorme al percatarme que tenían cannabis. Aunque admito que eran deliciosos y el toque que esa singular planta feliz les daba denotaba tonos de sabor inigualable. Tanto fue lo que me gustaron que después en un cumpleaños tuve un pastel similar de chocolate y unas galletas inigualables, eso será más adelante.
Admito, reconozco y comparto que no fue una experiencia desagradable, por lo contrario me gustó, pero no era parte de mí, así que nunca fue algo que se quedará arraigado. Simplemente era una experiencia que me parecía espectacular para ciertas ocasiones especiales.
Tiempo después cuando me encontraba en el apogeo de mí gusto por la música electrónica se presentaron ante mí las posibilidades infinitas de los químicos, siendo el único por el cual simpatice la metanfetamina, o mejor conocidas como “tachas”. Fue un día que me encontraba escuchando al Dj No.1 del mundo en ese momento Armin Van Buuren cuando decidí aventurarme con una de las “piscis doble”, de la cual un cuarto de ella, coqueta en forma de pez trabajo en mi por algunas horas.
Fue realmente sorprendente como disfrute ese concierto que añoraba y esperaba desde hace mucho tiempo y fue una experiencia única como al escuchar cada una de esas mezclas se despertaban sensaciones de euforia que no había conocido hasta ese día.  
Estefany estaba conmigo en esa ocasión satisfecha después de algunos años de remordimiento cuando por primera vez vino ese Dj a Guadalajara y no pudo contactarme para ir a ese evento a pesar de que ella me había invitado y contaba con los boletos. Todo sucedió debido a que no tenía pila en su celular y no conocía mi número para localizarme. Ante ese suceso admito que me sentí decepcionado por que esperaba con gusto ese evento, sin embargo entendí que las cosas pasan por algo y no cambiaría por nada ese día en que por fin tuve la oportunidad de verlo.

Ella tuvo momentos diferentes hablando de estos temas, ya que se adentró en este mundo por más tiempo recopilando mayor cantidad de experiencias sobre diversos sucesos relacionados, lo cual le llevó a conocer a un mayor número de personas con las cuales después yo convivía y he de resaltar que algunas se convirtieron en muy buenas amistades, vigentes hasta el día de hoy. 

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