Capítulo 6
#Popocatépetl
Los viajes nos hacen
aprender demasiado ya que enriquecen nuestra alma al brindarnos otra visión de
la vida diaria, lo que nos lleva a conocer diferentes costumbres, usos,
tradiciones, dichos y demás elementos que harán de nuestra persona alguien más
completo.
Aventurado y ya
instalado en mi carrera de Turismo, se presentó la oportunidad de asistir a un
viaje en el cual por la clase de Historia del arte en México se visitarían los
primeros 16 monasterios alrededor del volcán Popocatépetl y algunas ciudades alrededor
de dichos, puntos en donde pernoctaríamos.
#Cuernavaca
Salimos un viernes
por la noche de Guadalajara llegando al primero punto que fue la ciudad de
Cuernavaca a la mañana siguiente, y descubrimos la magia que hay en esa ciudad así
como los desniveles en terreno que posee en toda su composición como tal.
Nos instalamos y
salimos a las pocas horas hacia las grutas de Cacahuamilpa en el estado de
Guerrero las cuales se encontraban cercanas a esta ciudad antes mencionada y
continuamos a Taxco de Alarcón en donde apreciamos los diversos locales que
trabajan la plata así como su arquitectura singular y la hermosa fachada que
posee la catedral de Santa Prisca.
Al regreso de esta
población ingerimos algunas cervezas a bordo del autobús creando un excelente
ambiente al pasar el cartón de cervezas de un lado a otro, siempre con la mejor
actitud y abiertos a lo que pudiera pasar.
Al llegar al
establecimiento de hospedaje parte de la tarde noche se nos dio libre por lo
cual decidimos salir a antrear. Para ello yo había realizado una muy seria y
completa investigación al respecto de las ubicaciones de los mejores lugares de
la urbe que vive en “eterna primavera”, por lo que ya sabía que podíamos encontrar.
Inmediatamente calenté
la plancha del cabello, y comencé a arreglarme preparándome para una gran noche,
la cual esperaba desde meses atrás de forma inmensurable. Al estar preparado
para todo ello y armado con mi cajetilla de cigarros, encendedor y demás
elementos pase por mi acompañante a su cuarto y salimos rumbo a la aventura.
Tomamos un taxi al cual
le pedimos nos llevara a “La casa del Dictador” antro gay de moda ubicado en la
zona residencial de la ciudad hacia el norte, al cual llegamos 15 minutos después.
Con un cover de $50 y sin hora de cierre nos dispusimos a dar el primer paso en
el establecimiento el cual lleno de jardines y payasos nos recibió haciéndonos
colocar una cara de sorpresa enorme ante tanta originalidad.
Con una excelente
música nos recibió el lugar, el cual ambientado cual mansión terrorífica y con
sus 4 pistas de baile nos invitaba a dar nuestros mejores pasos de baile. Sin pensarlo
nos dirigimos a la barra y adquirimos nuestra primera bebida, riendo y
aguardando las sorpresas de la noche.
La sensación de
libertad que experimente esa vez, dejo marca en mí ya que en esa ciudad nadie
me conocía no tenía hora de llegada a casa y podía realmente hacer lo que yo
quisiera sin temor a que alguien comentará algo de lo que yo hiciera. Por ello
me sentí tan pleno que cuando algún problema se me presenta trato de aferrarme
a ese recuerdo y dejo ir todo lo que pueda sentir llegando a ese estado de
felicidad absoluta por un instante.
Así entonces mientras
acompañaba a Estefany al baño, llego el primer hecho de la noche en el cual
ella conoció a unas chavas con las cuales pasamos buena parte de la noche,
siendo tema una de ellas quien vivió en Guadalajara un tiempo. Basados en ese
tema de conversación expandimos la conexión hasta llegar a un chavo que se
reunió tiempo después con todos nosotros.
De mi parte, el nuevo
adepto del grupo comenzó a simpatizar conmigo creando un vínculo interesante
que al final del día quedo solo en eso, ya que al avanzar la noche su estado
etílico no le permitía realizar mayores hazañas, de hecho en algunas ocasiones
había que cuidarle los pasos.
Del lado de mi
acompañante de viaje, la situación se mostraba más prometedora ya que
congeniaba de mejor manera las chavas y logro enganchar a una de ellas que
estuvo con nosotros a lo largo de la noche sin importarle la hora.
Casi a las 5am salimos
del lugar asaltados por el cansancio del viaje y regresamos al hotel
satisfechos después de haber bailado con Offer NIssim y haber convivido con
parte de la socialité de la ciudad y algunos del Distrito Federal ya que es
usual encontrarse a personas que pasan el fin de semana regularmente en esa
urbe metropolitana.
Durmiendo solo 3hrs
despertamos con la emoción de nuestro siguiente punto en el camino que nos
llevaría como destino final al zenith de esta aventura en la maravillosa y
colonial #Puebla
#Puebla
Conocida de mejor
manera como la ciudad de los ángeles, llena de iglesias y testigo fiel de los
mejores años de la colonia española, enmarco una de nuestras más grandes
aventuras en las que se vieron involucrados todos los integrantes del viaje.
Hoy me suena algo divertido y osado, pero no desearía volver a sentir la
angustia que viví en esos momentos.
8am fue la hora en
que salimos en el autobús hacia Tepoztlán, Morelos para continuar la ruta
pendiente y recorrimos de igual manera más poblaciones algunas de Morelos y
otras de Puebla en donde los estilos arquitectónicos cambiaban mostrando
grandes necesidades de la época al ser para esas fechas inhóspitas tierras.
Fue un recorrido
intenso que nos tomó prácticamente todo el día pero fue enriquecedor aun con la
cruda que sosteníamos y la desvelada por todo lo vivido una noche antes.
Tratando de curarnos de ella intentamos de todo, comiendo nieves, agua,
refresco y lo que encontrábamos a nuestro paso.
De repente en un
instante se dieron las 9pm, hora en la que entramos a la ciudad de Puebla y
pasamos justo cerca de la catedral. Desde nuestro lugar en el autobús logramos
apreciar un lugar de “ambiente “con una bandera enorme que lo identificaba
arriba de los portales del centro histórico, ya que en internet no logré
obtener mayor información al respecto de establecimientos con estas
características, terminamos en dicho lugar.
De nombre “Soberbias”
y en un segundo piso, una vez que dejamos equipaje y nos instalamos en el hotel
tomamos la decisión de acudir con singular gozo y alegría a pesar de nuestra
devastación interna y externa.
Entramos y confieso
que lo primero que atrajo mi atención fue la estatura promedio de las personas,
ya que todos eran más bajitos que yo, por lo que al momento de bailar
sobresalía, lo que me causaba un poco de extrañeza.
Todos tomaban
cervezas directo de los cartones que las contienen, dichos se encontraban fríos
y aun lado de ellos, cada mesa poseía una bolsa de churros de “culebrita”, lo que
me llevo a comprender que era diferente el concepto del servicio en esa ciudad.
Para esa etapa del
viaje ya nos encontrábamos un poco gastados, por lo cual era sumamente
importante hacer rendir el poco efectivo con el contábamos, así que nos dispusimos
a tomar solo una cerveza cada quien rogando un milagro para continuar la
fiesta.
Al parecer el cielo
nos tenía consentidos ya que un chavo frente a nosotros y cerca de la barra
llevaba ya varios minutos ahí de pie, esperando a que alguien llegara sin tener
éxito. Por ciertos instantes mostraba desesperación ya que se veía no era un
lugar que frecuentara.
Después de algunos
minutos él se acercó con nosotros comentándonos que nos regalaba 2 cervezas
debido a que ya se retiraría porque, efectivamente como lo habíamos supuesto,
no había llegado a quien esperaba. Nosotros eternamente agradecidos aceptamos
el alcohol como manjar preciado y le invitamos a sentarse y a que nos contara
su historia al respecto, razón por la cual nos enteramos que le estaban jugando
una broma al citarlo en ese lugar.
En el calor de la
conversación compartimos nuestro origen, Guadalajara e inmediatamente se
sorprendió así que continuamos conviviendo y vinculándonos hasta que él nos regaló
un cartón de cerveza León el cual inmediatamente fue presa de nuestras garras,
aunado a nuestra bolsa de churritos.
La noche se perfilo
excelente bailando según la música electrónica del momento hasta que
descubrimos un concepto poblano basado en la cumbia ya casi para el cierre del
lugar, el cual todos siguieron inmediatamente, menos yo, ya que el baile realmente
nunca ha sido una de mis virtudes.
En mí el cansancio hacía
estragos por lo que le comente a Estefany que era hora de volver al hotel y que
no aguantaba estar más tiempo despierto, recordándole que mañana habría que
salir temprano hacia otro de los puntos parte del recorrido. Ella no quería irse
e insistió en permanecer un lapso más de tiempo con nuestro ahora amigo Julio.
Julio me dijo que si
deseaba irme podía hacerlo y que él la llevaba al hotel en el momento en que el
establecimiento cerrara. Siendo un total desconocido, pero aparentemente con
buenas intenciones y presionado por Estefany para que aceptara, accedí a todo.
Me retire al hotel y
me lleve la sorpresa de mi vida al toparme a mi compañero de cuarto besándose con
otro hombre de mayor edad en la entrada, con el cual se veía sostenía acalorado
romance. Al verme se puso pálido e inmediatamente me dijo que no me moviera que
lo esperara y termino con su actividad amorosa.
Inmediatamente me pidió
le guardara el secreto y comenzó a hablarme de su salida del closet y de cómo
había sido su vida hasta ese momento, a lo cual correspondí con mis ya contadas
historias. Creamos un acercamiento fuerte y nos complementamos, por ello al
amanecer siguiente nos vimos con mayor confianza y sentimos el apoyo entre
ambos.
Cuando colocamos todo
el equipaje en el autobús y estábamos listos para irnos al siguiente punto,
comenzó la parte del terror al momento en que las compañeras de cuarto de
Estefany confesaron que no había llegado a su habitación.
Yo me tranquilice y recordé
que Julio se encontraba con ella y de igual forma sabía que el mundo no se le
cerraría y que encontraría la forma de regresar, por ello no me preocupé y
comente ante todos que tenía conocidos en puebla y que esa era la razón por la
cual no se encontraba, pero argumente que ella tenía noción del itinerario así
que estaba enterada del regreso a las 5pm y que volveríamos a la ciudad más
tarde para dar por concluido el viaje.
Por dichos comentarios
el recorrido continúo según lo planeado y supusimos que a las 2pm que regresáramos
al hotel ella se encontraría ahí esperándonos, cosa que no sucedió. Con sorpresa
note la preocupación de la maestra, quien organizo grupos de búsqueda para ver
la posibilidad de que ella no recordará donde se encontraba el hotel. Mi total
ansiedad estalló cuando 4pm la docente anunció que si ella no aparecía no nos iríamos.
A las 4:30pm presa
del peor de los escenarios la vi sobre una banqueta a un costado de la catedral,
recuerdo que le grite, corrí, la abracé y comencé a regañarla dando un sermón épico
por todo lo que me había hecho pasar consecuente a su desaparición.
A nuestro reencuentro
empezó a compartirme los detalles de su desaparición, los cuales tuvieron que
ver con un after en la plaza dorada al cierre del antro en el que nos encontrábamos
originalmente y al cual fue acompañada de Julio, sin embargo este último
personaje tuvo que retirarse presa del sueño y cansancio.
Después de que él se fue,
convivio con una chava quien tenía pareja, la cual por razones de celos le
obligaba a ingerir cervezas que ella le destapaba a golpe de mesa prácticamente,
quebrando el cuello de la botella. De carácter amenazante y aspecto áspero, fue
como Estefy percibía el comportamiento de la persona en estado de celos, por
esto no interponía ningún hincapié en tomar la cerveza aunque contuviera trozos
de vidrio en su interior.
Más tarde la otra
chava le comentó que podía llevarla al hotel, lo cual Estefany aceptó sin saber
que primero se trasladarían a su casa. En dicho lugar por el cansancio ella se quedó
dormida y cuando despertó eran las 4pm. Tuvo que rogarle e insistirle a la
persona con la que salió del after para que le acompañara hasta el hotel. Así
entonces fue como la encontré en esa esquina donde fue posible vernos y dar por
terminado el viaje.
Al momento de
subirnos al autobús las miradas de la mayoría de los que se encontraban en su
asiento asignado fueron de odio ya que como lo comente antes hubo grupos de búsqueda
y preocupación general al respecto de lo sucedido.
Regresamos a
Guadalajara y recuerdo como esas 10hrs de viaje en el autobús para mí
representaron 5 minutos ya que el cansancio paso factura en mi aun días después
de haber llegado a mi lugar de origen.
Nunca pensamos que volveríamos
a ver a Julio, así que fue grande nuestra sorpresa cuando él de forma constante
comenzó a visitarnos en Guadalajara y lo llevamos a conocer los lugares más típicos,
con ello nació una amistad que hasta el día de hoy es vigente aunque
actualmente se encuentre en el estado de Zacatecas.
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