lunes, 9 de noviembre de 2015

#Popocatépetl

Capítulo 6


#Popocatépetl



Los viajes nos hacen aprender demasiado ya que enriquecen nuestra alma al brindarnos otra visión de la vida diaria, lo que nos lleva a conocer diferentes costumbres, usos, tradiciones, dichos y demás elementos que harán de nuestra persona alguien más completo.
Aventurado y ya instalado en mi carrera de Turismo, se presentó la oportunidad de asistir a un viaje en el cual por la clase de Historia del arte en México se visitarían los primeros 16 monasterios alrededor del volcán Popocatépetl y algunas ciudades alrededor de dichos, puntos en donde pernoctaríamos.

#Cuernavaca

Salimos un viernes por la noche de Guadalajara llegando al primero punto que fue la ciudad de Cuernavaca a la mañana siguiente, y descubrimos la magia que hay en esa ciudad así como los desniveles en terreno que posee en toda su composición como tal.
Nos instalamos y salimos a las pocas horas hacia las grutas de Cacahuamilpa en el estado de Guerrero las cuales se encontraban cercanas a esta ciudad antes mencionada y continuamos a Taxco de Alarcón en donde apreciamos los diversos locales que trabajan la plata así como su arquitectura singular y la hermosa fachada que posee la catedral de Santa Prisca.
Al regreso de esta población ingerimos algunas cervezas a bordo del autobús creando un excelente ambiente al pasar el cartón de cervezas de un lado a otro, siempre con la mejor actitud y abiertos a lo que pudiera pasar.
Al llegar al establecimiento de hospedaje parte de la tarde noche se nos dio libre por lo cual decidimos salir a antrear. Para ello yo había realizado una muy seria y completa investigación al respecto de las ubicaciones de los mejores lugares de la urbe que vive en “eterna primavera”, por lo que ya sabía que podíamos encontrar.
Inmediatamente calenté la plancha del cabello, y comencé a arreglarme preparándome para una gran noche, la cual esperaba desde meses atrás de forma inmensurable. Al estar preparado para todo ello y armado con mi cajetilla de cigarros, encendedor y demás elementos pase por mi acompañante a su cuarto y salimos rumbo a la aventura.
Tomamos un taxi al cual le pedimos nos llevara a “La casa del Dictador” antro gay de moda ubicado en la zona residencial de la ciudad hacia el norte, al cual llegamos 15 minutos después. Con un cover de $50 y sin hora de cierre nos dispusimos a dar el primer paso en el establecimiento el cual lleno de jardines y payasos nos recibió haciéndonos colocar una cara de sorpresa enorme ante tanta originalidad.
Con una excelente música nos recibió el lugar, el cual ambientado cual mansión terrorífica y con sus 4 pistas de baile nos invitaba a dar nuestros mejores pasos de baile. Sin pensarlo nos dirigimos a la barra y adquirimos nuestra primera bebida, riendo y aguardando las sorpresas de la noche.
La sensación de libertad que experimente esa vez, dejo marca en mí ya que en esa ciudad nadie me conocía no tenía hora de llegada a casa y podía realmente hacer lo que yo quisiera sin temor a que alguien comentará algo de lo que yo hiciera. Por ello me sentí tan pleno que cuando algún problema se me presenta trato de aferrarme a ese recuerdo y dejo ir todo lo que pueda sentir llegando a ese estado de felicidad absoluta por un instante.
Así entonces mientras acompañaba a Estefany al baño, llego el primer hecho de la noche en el cual ella conoció a unas chavas con las cuales pasamos buena parte de la noche, siendo tema una de ellas quien vivió en Guadalajara un tiempo. Basados en ese tema de conversación expandimos la conexión hasta llegar a un chavo que se reunió tiempo después con todos nosotros.  
De mi parte, el nuevo adepto del grupo comenzó a simpatizar conmigo creando un vínculo interesante que al final del día quedo solo en eso, ya que al avanzar la noche su estado etílico no le permitía realizar mayores hazañas, de hecho en algunas ocasiones había que cuidarle los pasos.
Del lado de mi acompañante de viaje, la situación se mostraba más prometedora ya que congeniaba de mejor manera las chavas y logro enganchar a una de ellas que estuvo con nosotros a lo largo de la noche sin importarle la hora.
Casi a las 5am salimos del lugar asaltados por el cansancio del viaje y regresamos al hotel satisfechos después de haber bailado con Offer NIssim y haber convivido con parte de la socialité de la ciudad y algunos del Distrito Federal ya que es usual encontrarse a personas que pasan el fin de semana regularmente en esa urbe metropolitana.
Durmiendo solo 3hrs despertamos con la emoción de nuestro siguiente punto en el camino que nos llevaría como destino final al zenith de esta aventura en la maravillosa y colonial #Puebla

#Puebla

Conocida de mejor manera como la ciudad de los ángeles, llena de iglesias y testigo fiel de los mejores años de la colonia española, enmarco una de nuestras más grandes aventuras en las que se vieron involucrados todos los integrantes del viaje. Hoy me suena algo divertido y osado, pero no desearía volver a sentir la angustia que viví en esos momentos.
8am fue la hora en que salimos en el autobús hacia Tepoztlán, Morelos para continuar la ruta pendiente y recorrimos de igual manera más poblaciones algunas de Morelos y otras de Puebla en donde los estilos arquitectónicos cambiaban mostrando grandes necesidades de la época al ser para esas fechas inhóspitas tierras.
Fue un recorrido intenso que nos tomó prácticamente todo el día pero fue enriquecedor aun con la cruda que sosteníamos y la desvelada por todo lo vivido una noche antes. Tratando de curarnos de ella intentamos de todo, comiendo nieves, agua, refresco y lo que encontrábamos a nuestro paso.
De repente en un instante se dieron las 9pm, hora en la que entramos a la ciudad de Puebla y pasamos justo cerca de la catedral. Desde nuestro lugar en el autobús logramos apreciar un lugar de “ambiente “con una bandera enorme que lo identificaba arriba de los portales del centro histórico, ya que en internet no logré obtener mayor información al respecto de establecimientos con estas características, terminamos en dicho lugar.
De nombre “Soberbias” y en un segundo piso, una vez que dejamos equipaje y nos instalamos en el hotel tomamos la decisión de acudir con singular gozo y alegría a pesar de nuestra devastación interna y externa.
Entramos y confieso que lo primero que atrajo mi atención fue la estatura promedio de las personas, ya que todos eran más bajitos que yo, por lo que al momento de bailar sobresalía, lo que me causaba un poco de extrañeza.
Todos tomaban cervezas directo de los cartones que las contienen, dichos se encontraban fríos y aun lado de ellos, cada mesa poseía una bolsa de churros de “culebrita”, lo que me llevo a comprender que era diferente el concepto del servicio en esa ciudad.
Para esa etapa del viaje ya nos encontrábamos un poco gastados, por lo cual era sumamente importante hacer rendir el poco efectivo con el contábamos, así que nos dispusimos a tomar solo una cerveza cada quien rogando un milagro para continuar la fiesta.
Al parecer el cielo nos tenía consentidos ya que un chavo frente a nosotros y cerca de la barra llevaba ya varios minutos ahí de pie, esperando a que alguien llegara sin tener éxito. Por ciertos instantes mostraba desesperación ya que se veía no era un lugar que frecuentara.
Después de algunos minutos él se acercó con nosotros comentándonos que nos regalaba 2 cervezas debido a que ya se retiraría porque, efectivamente como lo habíamos supuesto, no había llegado a quien esperaba. Nosotros eternamente agradecidos aceptamos el alcohol como manjar preciado y le invitamos a sentarse y a que nos contara su historia al respecto, razón por la cual nos enteramos que le estaban jugando una broma al citarlo en ese lugar.
En el calor de la conversación compartimos nuestro origen, Guadalajara e inmediatamente se sorprendió así que continuamos conviviendo y vinculándonos hasta que él nos regaló un cartón de cerveza León el cual inmediatamente fue presa de nuestras garras, aunado a nuestra bolsa de churritos.
La noche se perfilo excelente bailando según la música electrónica del momento hasta que descubrimos un concepto poblano basado en la cumbia ya casi para el cierre del lugar, el cual todos siguieron inmediatamente, menos yo, ya que el baile realmente nunca ha sido una de mis virtudes.
En mí el cansancio hacía estragos por lo que le comente a Estefany que era hora de volver al hotel y que no aguantaba estar más tiempo despierto, recordándole que mañana habría que salir temprano hacia otro de los puntos parte del recorrido. Ella no quería irse e insistió en permanecer un lapso más de tiempo con nuestro ahora amigo Julio.
Julio me dijo que si deseaba irme podía hacerlo y que él la llevaba al hotel en el momento en que el establecimiento cerrara. Siendo un total desconocido, pero aparentemente con buenas intenciones y presionado por Estefany para que aceptara, accedí a todo.
Me retire al hotel y me lleve la sorpresa de mi vida al toparme a mi compañero de cuarto besándose con otro hombre de mayor edad en la entrada, con el cual se veía sostenía acalorado romance. Al verme se puso pálido e inmediatamente me dijo que no me moviera que lo esperara y termino con su actividad amorosa.
Inmediatamente me pidió le guardara el secreto y comenzó a hablarme de su salida del closet y de cómo había sido su vida hasta ese momento, a lo cual correspondí con mis ya contadas historias. Creamos un acercamiento fuerte y nos complementamos, por ello al amanecer siguiente nos vimos con mayor confianza y sentimos el apoyo entre ambos.
Cuando colocamos todo el equipaje en el autobús y estábamos listos para irnos al siguiente punto, comenzó la parte del terror al momento en que las compañeras de cuarto de Estefany confesaron que no había llegado a su habitación.
Yo me tranquilice y recordé que Julio se encontraba con ella y de igual forma sabía que el mundo no se le cerraría y que encontraría la forma de regresar, por ello no me preocupé y comente ante todos que tenía conocidos en puebla y que esa era la razón por la cual no se encontraba, pero argumente que ella tenía noción del itinerario así que estaba enterada del regreso a las 5pm y que volveríamos a la ciudad más tarde para dar por concluido el viaje.
Por dichos comentarios el recorrido continúo según lo planeado y supusimos que a las 2pm que regresáramos al hotel ella se encontraría ahí esperándonos, cosa que no sucedió. Con sorpresa note la preocupación de la maestra, quien organizo grupos de búsqueda para ver la posibilidad de que ella no recordará donde se encontraba el hotel. Mi total ansiedad estalló cuando 4pm la docente anunció que si ella no aparecía no nos iríamos.
A las 4:30pm presa del peor de los escenarios la vi sobre una banqueta a un costado de la catedral, recuerdo que le grite, corrí, la abracé y comencé a regañarla dando un sermón épico por todo lo que me había hecho pasar consecuente a su desaparición.   
A nuestro reencuentro empezó a compartirme los detalles de su desaparición, los cuales tuvieron que ver con un after en la plaza dorada al cierre del antro en el que nos encontrábamos originalmente y al cual fue acompañada de Julio, sin embargo este último personaje tuvo que retirarse presa del sueño y cansancio.
Después de que él se fue, convivio con una chava quien tenía pareja, la cual por razones de celos le obligaba a ingerir cervezas que ella le destapaba a golpe de mesa prácticamente, quebrando el cuello de la botella. De carácter amenazante y aspecto áspero, fue como Estefy percibía el comportamiento de la persona en estado de celos, por esto no interponía ningún hincapié en tomar la cerveza aunque contuviera trozos de vidrio en su interior.  
Más tarde la otra chava le comentó que podía llevarla al hotel, lo cual Estefany aceptó sin saber que primero se trasladarían a su casa. En dicho lugar por el cansancio ella se quedó dormida y cuando despertó eran las 4pm. Tuvo que rogarle e insistirle a la persona con la que salió del after para que le acompañara hasta el hotel. Así entonces fue como la encontré en esa esquina donde fue posible vernos y dar por terminado el viaje.  
Al momento de subirnos al autobús las miradas de la mayoría de los que se encontraban en su asiento asignado fueron de odio ya que como lo comente antes hubo grupos de búsqueda y preocupación general al respecto de lo sucedido.
Regresamos a Guadalajara y recuerdo como esas 10hrs de viaje en el autobús para mí representaron 5 minutos ya que el cansancio paso factura en mi aun días después de haber llegado a mi lugar de origen.

Nunca pensamos que volveríamos a ver a Julio, así que fue grande nuestra sorpresa cuando él de forma constante comenzó a visitarnos en Guadalajara y lo llevamos a conocer los lugares más típicos, con ello nació una amistad que hasta el día de hoy es vigente aunque actualmente se encuentre en el estado de Zacatecas. 

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