Capitulo 1
#LaPrimeraVez
Con el paso del
tiempo es posible darse cuenta que para vivir es necesario conocer, y no hay
mejor forma de hacerlo que a través de la experiencia, cuya naturaleza es un
arma de filo tajante que ingresa hasta el alma cuando se trata de un beneficio
y desgraciadamente también lo es para un maleficio.
Siempre se ha pensado
que la vida pone todo en su lugar, pero cuando lo descubrimos a veces es tarde,
tan tarde que las circunstancias nos obligan a buscar soluciones desesperadas
de las cuales no estamos seguros de las consecuencias hasta que las
enfrentamos, preparados o no, armados o con tiros de salva a pesar de ello
intentamos salir adelante, a veces librados de todas las situaciones negativas
o cargando con ellas por un tiempo hasta que las dejamos y el olvido hace su
parte para retirarlas de nuestra espalda una vez que decidimos avanzar.
Cuando estás
comenzando a abrirte camino en esto conocido como la vida, vives la etapa más
terrorífica de todas; que claro después se recuerda con nostalgia y carcajadas
acerca de lo difíciles que eran cosas que ahora son insignificantes para el
nivel de experiencia que se ha adquirido.
El conocer a alguien
nunca se planea, bien sea como amigos como amantes, como compañeros y en
cualquier tipo de relación humana, al final del ocaso lo importante es quien se
queda contigo al igual que las cosas positivas que te aportan de manera
constante.
Así fue como comenzó
mi historia, ese día que llegue a una preparatoria en donde todo era un nuevo
mundo; en referencia a que el salto de escuela pública a privada es muy grande
desde disciplina hasta horarios y que decir de los compañeros de clase que eran
un nuevo reto.
Como parte de ello el
principio fue incertidumbre, pero había algo dentro de mí en esa etapa de mi
vida; un detalle que no me permitía sentirme pleno en ese momento, ya que estaba
guardado dentro de lo más profundo de mí ser y en algún momento tendría que
salir a la luz, y así fue.
El comienzo fue lleno
de facetas, la primera tratando de ser amigable, porque cuando ingresas a un
nuevo espacio de convivencia, sea trabajo, escuela o grupo de amigos el primer
pasó es agradar de manera desbordada, lo cual en ocasiones te lleva a hacer
cosas tan ridículas que piensas nunca realizarías, más que en el amplio
catálogo que nos otorga la imaginación, sin embargo logran convertirse en
realidades incomodas que estarán ahí como testigos fieles de nuestras acciones.
El primer paso dentro
del inicio de mi preparación media superior, no fue lo que esperaba, como suele
ocurrir en la mayoría de los comienzos, pero eso no me detuvo a seguir con mi instrucción
académica ya que desde ese momento yo sabía que quería hacer mi vida profesional,
sólo que a veces es difícil seguir un plan al pie de la letra, sobre todo
cuando los intereses que hay en ello se ven influenciados hacia otra dirección.
En plano de la
llegada al bachillerato durante el primer día conocí a alguien que sin saberlo
me encaminaría a vivir los mejores momentos de mi vida y el hecho ocurrió de
manera singular mientras me encontraba recargado en los bebederos, durante un
receso de labores, ella estaba del otro extremo y claro para romper el hielo
pensé en muchas posibilidades de inicio para una charla; más la única que utilice
fue: “Que feo es estar solito, ¿Verdad?”, a lo que obviamente ella respondió
con un “sí, claro”. #NadaComun
Después del contacto
empecé a adentrarme en su vida, así como ella en la mía, por lo que rápidamente
encajamos inesperadamente y nos vimos envueltos entre historias y risas que nos
llevaron a aumentar eficazmente nuestra conexión.
Vivir bajo el yugo de
un secreto o de alguien que no se es, siempre lleva a situaciones complicadas
que al final del día solo terminan afectando a personas valiosas y lo más
importante a uno mismo, bajo estas premisas es como decidí compartirle a esta
persona mi más preciado secreto hasta el momento, pero fue inevitable recordar
ese momento cuando sucedió lo que hasta ese día era la tragedia más grande de
mi vida.
Remontando al pasado
en la graduación de mi secundaria, durante la cena de despedida uno de mis
compañeros se acercó a mi madre y le comento: “¿Cómo le va con lo de que su
hijo es gay?”. Mientras esto sucedía en la mesa, yo me encontraba bailando como
el colegial que era en esa época, riendo y riendo cual loca bipolar en estado
de manía sin haber ingerido tratamiento psiquiátrico prescrito en la pista de
baile.
Esa dulce persona
sádica cayó desde ese momento a mi juicio, el cual, fue rotundo y directo hacia
el odio por su ente ya que no debió haberse entrometido en algo que no le
correspondía. El compartir esa información era un derecho que yo tenía y que de
mi dependía el dar ese gran salto y no haber sido empujado a ese vacío. Aunque
si no hubieran pasado así las cosas tal vez mi madre aún no sabría nada
relacionado a mí. Vida bipolar, ¡lo sé!
La forma en que me
enteré de todo esto fue cuando decidí tomarme unos segundos de descanso y me
fui hacia la mesa desde la pista de baile sentándome a un lado de mi madre.
Ella tenía una cara peor que la del día que me pario (obviamente estuve ahí
pero no recuerdo nada del parto estaba concentrado en venir al mundo). Al son
de “tenemos que hablar” me di cuenta que había una situación delicada y por
ello decidí dirigirme con Eduardo, el tipo que había estado sentado minutos antes
con mi mamá o el patán que me robo ese momento mágico con mi madre en donde se
confiesan las verdades más puras. Agradezco la existencia del sarcasmo.
Y es que tienes ese
sexto sentido de cuando algo va mal y desde el fondo sabes que sucedió y tratas
de negar en tu mente que fue eso con todas tus fuerzas, aunque realmente no
aguantes las náuseas de nervios, impotencia, rabia, miedo, frustración,
angustia y bueno el mundo sobre ti, buscando una verdad. Al menos a los 15 años
así se deslumbraba.
Sin pensar continúe
mi camino hacia la búsqueda de aquel atrevido hasta que di con su presencia y
le enfrente. Tenía la cara hinchada, y como era pelirrojo pues se le notaba
intensamente el cambio de textura, ojos de color que parecían estar hundidos,
olor terrible como a algodones de hospital en descomposición y hablaba con tal
lentitud; pero a pesar de todas estas virtudes que desbordaba en ese instante
le cuestione sobre qué había pasado con mi madre y pues claro ¡escuche lo que
no quería! Y experimente por primera vez la sensación de la sangre en mis pies,
el estómago destrozado y se nublo la vista de un futuro para mí.
Lo que pasaba era que
tenía miedo de cómo aceptaría mi mamá esas cosas porque siempre había sido una
buena madre para mí y lo peor que sientes como hijo bajo este panorama es que
le causaste decepción a tus padres. Lo único que agradecí en ese momento es
saber que como no conocí a mi padre y mi madre era soltera pues no tendría que
pasar dos veces por esta circunstancia aunque como vivía con mis tías las que
no se casaron, pues nada estaba escrito. ¡Trágame tierra y escúpeme con una
vida hecha!
Cuando sabes que eres
parte de ese porcentaje de población que tiene por vida y futuro un signo de
interrogación, realmente empiezas a culparte y a sentir que no mereces el pasar
por algo así. Y es que es el discurso de todos los días y de toda la vida y las
generaciones: ¡Yo no elegí ser así!
No tienes idea de que
quieres, si la adolescencia es difícil como tal por los cambios que vienen
consigo, para alguien que es diferente en el aspecto sexual es más que una
tormenta, que un tornado es además de tus cambios físicos una etapa en la que
te encuentras a ti mismo. No existen las confusiones referentes a lo sexual en
este aspecto, siempre es algo que traes contigo desde que naces ya que desde
que tienes uso de razón te percatas de este suceso.
Después de mi
análisis de segundos, solté las primeras palabras hacia Eduardo las cuales hirientes le causaron molestia y en respuesta sus argumentos
fueron: “Tú mamá ya sabía que eras gay y sólo necesitaba confirmarlo… y pues le
pregunte, señora ¿Cómo le va con lo de que su hijo es gay?..”. Consecuente con
el principio de acción-reacción mi reacción vino en forma de cachetada. Nunca
había golpeado a alguien pero bueno también se cataloga esto dentro de “la
primera vez”.
No paraba de pensar
como la vida en ocasiones te asalta tan rápido y coloca familia, amigos y
personas que quieres sostenidas de una cuerda tan delicada que no sabes si se
romperá o si se hará más fuerte y soportará todo, pero dentro de esa
incertidumbre te llevas un trozo de intestino por la preocupación. También #LaPrimeravez.
Ese día llegue a mi
casa a descansar y a terminar la más horrenda jornada hasta entonces vivida y
hasta el día siguiente fue cuando la bomba tenía que estallar, y pues así paso,
con el amanecer tenía a mi mama sentada a la orilla de la cama esperando que
despertará y claro vino la pregunta tétrica “¿Es cierto que eres gay?”. Inmediatamente
y rotundamente dije “¡NO!, ese tipo que hablo contigo sólo quería perjudicarme
porque quería andar conmigo” #Mentira.
Así fue como mi mama
poco convencida, se quedó con mi respuesta y como era el lapso de vacaciones de
verano hice lo mejor que pudo habérseme ocurrido, un hecho lleno de valentía,
hui con mi abuelita a pasar esos meses en reflexión mientras ingresaba a la
preparatoria.
Grande fue mi
sorpresa cuando un día mi mama fue con mis abuelos y de nuevo me enfrento
pidiéndome le dijera la verdad argumentándome que quería apoyarme que no era un
problema grande para ella y bueno pues bajo estos argumentos accedí y se lo
confesé, lo acepte.
Todo esto es
referente a que es imposible no referirte a esta etapa cada que empiezas a
convivir con nuevas personas en tu vida ya que siempre son los mismos nervios,
los mismos sentimientos, en diferente escala tal vez pero siempre están
presentes por que no sabes que es lo que realmente te espera, si serás víctima
de aceptación o sometido a burlas o comentarios negativos.
Por lo anterior en
Estefany pude ver una oportunidad brindada basada en la confianza y por ello
determine el comentarle todo esto. Inmediatamente lo acepto lo relaciono y empecé
a darme cuenta que después de todo no era tan malo como pensaba aunque no sabía
realmente todo lo que estaba a punto de vivir.
Este fue mi primer
consecuencia basada en el alcohol una de tantas que aún me esperaban. A veces
agradeces muchas cosas cuando esas bebidas hacen que saques verdades ya que
sobrio no lo harás, pero ebrio siempre lo arreglarás. No es de las mejores
maneras pero funciona en ciertos momentos ya que te liberas de las cosas que
estas reservándote siempre.
Continúe mis
estudios y me encontré con alguien
dentro de esa preparatoria que despertó en mi cierta inquietud referente a
gusto. Me empecé a enamorar de un chavo
que iba en mí mismo grado pero en el grupo contrario. Convivíamos en las clases
de inglés y de ahí surgió buena parte de todo esto.
Yo le hable un día
que estaba él sólo sentado en unas escaleras y nos conocimos. Su nombre era
Juan Carlos. Estefany, Juan Carlos y yo comenzamos un grupo de amistad muy
bueno, en el que convivíamos de forma constante y aun de manera sana hasta que
nos iniciamos en el extenso mundo de los tragos, fiestas y aquelarres.
Cuando tienes 16 años
el amor es la parte más fundamental de la vida y es que; de lo que te causa
ansiedad es lo más demandante. Experimentas una forma de desvivir por esa
persona cada día, quieres cuidarle hasta cada suspiro, no te importa lo patán
que pueda ser mientras este a tu lado. Es parte del crecimiento personal
identificar mejor a las personas con las que te involucras, aunque es un
proceso que no estoy seguro que en algún punto de la vida de alguien termine, ya
que por menos que te quieras enrollar, siempre terminas atrapado.
Con él viví momentos
interesantes ya que me tocó su etapa de salir del closet, situación que a mí me
complico la existencia debido a su indecisión y cuestionamientos que se
realizaba y más que nada el hecho de que no se permitía la oportunidad de vivir
realmente algo real con alguien y eso le obligó a terminar en circunstancias
dramáticas conmigo que hasta el día de hoy se encuentran un tanto cuanto
vigentes.
Siempre lo he
catalogado como el primer y real mariposeo en mi estómago ya que tuve uno más
con anterioridad llamado Luis, era el usual amigo de la cuadra con el que salía
a jugar más sin embargo un día dentro de toda esta situación a inicios de curso
cuando me encontraba en 3ero de secundaria le conté acerca de mis preferencias
y él no sólo las acepto si no que fue más allá de todo ello y comenzamos una
“relación”. La realidad es que en esa época no sabes ni siquiera que estás
haciendo, si siendo adulto lo desconoces, como puberto no hay una opción para
ayudarte. Viví cosas divertidas, los primeros besos, los primeros acercamientos
cuerpo-cuerpo, el dormir junto alguien pero no dejaba de ser un pequeño juego
de niños, hasta que un día sus papás nos encontraron dándonos un beso y nos
alejaron.
El primer dolor de
amor es profundo, y piensas que no puede ser peor, pero la vida tiene mejores
sorpresas. Ahora puedo escuchar como en ese momento el destino se reía de mí a
carcajadas. El futuro no era menos prometedor y es que cuando tienes patrones
prediseñados dentro de tu mente todo tiene que ser de cierta forma, sin embargo
gran parte de tu camino se trata de construir tu propio futuro dejando de lado
todos los arquetipos, estereotipos y demás ya que cada quien es único y tiene
su propio tiempo, espacio y necesidades.
Fue tan grande la
decepción de sus padres y su odio hacia mí, que me culparon de haberle
“incitado” a que cayera en todo este proceso. Es cuando pensé que lo que estaba
viviendo no era fácil y que la verdad lo que menos quería era compartírselo a
alguien más, por eso ellos se cambiaron de casa lejos de mí y le prohibieron
verme, aunque a esa edad lo que verdaderamente me dijeron fue que él se había
suicidado. Me sentí tan culpable por ello por saber que por mis acciones
alguien había deshecho su vida. Y es que a veces no sabemos el daño colateral
que podemos ocasionar hacia otras personas, por pensar sólo en nosotros mismos
de la manera en que nos centramos en lo que queremos o esperamos de los demás,
cuando de antemano debemos aprender que hay que dejar ser. Esa es la mejor
forma de respetar a alguien dejarle ser sin reprimirle sin establecerle límites
siempre y cuando su esencia no dañe a los demás. Más que permitir la
efervescencia del ser de cada persona se debe encaminar al desarrollo del
potencial máximo de cada uno por que ello es lo que realmente inyectará de
pasión el día a día de nuestra vida y nos permitirá seguir adelante aun
rodeados de las típicas incógnitas que siempre están presentes. Por qué cuando
esa chispa de vida no circula en nuestra sangre vivimos en un mundo lleno de
hastío y vacío que nos lleva hacia la soledad y a perder las ganas de vivir.
Ahora se todo esto, y es exactamente lo que Luis vivía en ese momento y fue
algo que por lo que también Juan Carlos pasaba.
Juan Carlos me hizo
pasar ratos extraordinarios cuando platicábamos acerca de cosas absurdas y
burdas y me enseño a no querer irme cuando me la estoy pasando bien. Hice cosas
tontas como pasear en la línea de tren eléctrico o metro de la ciudad de un
polo a otro solo tonteando, ir a tirarnos al pasto en un día soleado en un
parque lleno de bullicio dentro de la ciudad entre otras más.
Hasta que comenzaron
los inconvenientes que fueron a raíz de su mamá ya que no lo aceptaba y sentía
que era algo consecuente de un hecho negativo que ella había cometido lo que
detonó toda esta situación desastrosa desde su punto de vista. Sin embargo la
realidad era que él simplemente estaba sacando su esencia.
Resultado de todo
ello esta persona comenzaba a darme alas y después se alejaba de mí lo que me
ocasionó la primera decepción. Era el típico discurso sobre si todas las
personas serian de esa manera ya que es entonces cuando comenzamos la regla
sagrada de la generalización donde vemos que todos son iguales. #Egoísmo
Al final del día
decidí alejarme de él, ya que lo considere nocivo para mí por sus acciones tan
irreverentes y absurdas que no llegaban hacia ningún lado, por lo que me topé
con alguien de nombre Fernando, otro hombre que fue una ironía, alguien que me
hizo vivir la realidad del verdadero primer amor la más importante de las
primeras veces y al mismo tiempo la separación más repentina, pero él aparecerá
más adelante.
Mientras tanto mi
amistad con Estefany crecía cada día más y más, ya que me adentre en su familia;
ella en la mía, aunque reconozco que de mi lado no fue de la misma manera, y
poco a poco nos integrábamos en una amistad que sin pensarlo ha perdurado el
correr de los años a través de las parejas, las depresiones, la economía y
demás situaciones comunes, absurdas, inhóspitas, interesantes y sorprendentes que
pudiera describir. Sin duda racimos de experiencias que voy a contarles a mis
hijos y que llevó muy cerca de mi corazón al recordar cada una sonriendo y
conservando siempre el deseo de seguir escribiendo algunas de ellas ya que la
tinta y las hojas, o los dedos y el teclado no se nos han terminado.
Respecto a mi familia,
ingresé en una zona de cierto confort, ya que mi mamá tiene conocimiento de
toda mi vida, debido a que decidí que cuando haga estallar esa granada quiero
que sea realmente por alguien que valga la pena y no hacerlo de manera
constante por simples aventuras, es mejor jugarse el 100% de todo que estar
apostando pequeñas cantidades que te dejen vacío al final.
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