sábado, 7 de noviembre de 2015

#LaPrimeraVez

Capitulo 1


#LaPrimeraVez


Con el paso del tiempo es posible darse cuenta que para vivir es necesario conocer, y no hay mejor forma de hacerlo que a través de la experiencia, cuya naturaleza es un arma de filo tajante que ingresa hasta el alma cuando se trata de un beneficio y desgraciadamente también lo es para un maleficio.
Siempre se ha pensado que la vida pone todo en su lugar, pero cuando lo descubrimos a veces es tarde, tan tarde que las circunstancias nos obligan a buscar soluciones desesperadas de las cuales no estamos seguros de las consecuencias hasta que las enfrentamos, preparados o no, armados o con tiros de salva a pesar de ello intentamos salir adelante, a veces librados de todas las situaciones negativas o cargando con ellas por un tiempo hasta que las dejamos y el olvido hace su parte para retirarlas de nuestra espalda una vez que decidimos avanzar.
Cuando estás comenzando a abrirte camino en esto conocido como la vida, vives la etapa más terrorífica de todas; que claro después se recuerda con nostalgia y carcajadas acerca de lo difíciles que eran cosas que ahora son insignificantes para el nivel de experiencia que se ha adquirido.
El conocer a alguien nunca se planea, bien sea como amigos como amantes, como compañeros y en cualquier tipo de relación humana, al final del ocaso lo importante es quien se queda contigo al igual que las cosas positivas que te aportan de manera constante.
Así fue como comenzó mi historia, ese día que llegue a una preparatoria en donde todo era un nuevo mundo; en referencia a que el salto de escuela pública a privada es muy grande desde disciplina hasta horarios y que decir de los compañeros de clase que eran un nuevo reto.
Como parte de ello el principio fue incertidumbre, pero había algo dentro de mí en esa etapa de mi vida; un detalle que no me permitía sentirme pleno en ese momento, ya que estaba guardado dentro de lo más profundo de mí ser y en algún momento tendría que salir a la luz, y así fue.
El comienzo fue lleno de facetas, la primera tratando de ser amigable, porque cuando ingresas a un nuevo espacio de convivencia, sea trabajo, escuela o grupo de amigos el primer pasó es agradar de manera desbordada, lo cual en ocasiones te lleva a hacer cosas tan ridículas que piensas nunca realizarías, más que en el amplio catálogo que nos otorga la imaginación, sin embargo logran convertirse en realidades incomodas que estarán ahí como testigos fieles de nuestras acciones.


El primer paso dentro del inicio de mi preparación media superior, no fue lo que esperaba, como suele ocurrir en la mayoría de los comienzos, pero eso no me detuvo a seguir con mi instrucción académica ya que desde ese momento yo sabía que quería hacer mi vida profesional, sólo que a veces es difícil seguir un plan al pie de la letra, sobre todo cuando los intereses que hay en ello se ven influenciados hacia otra dirección.
En plano de la llegada al bachillerato durante el primer día conocí a alguien que sin saberlo me encaminaría a vivir los mejores momentos de mi vida y el hecho ocurrió de manera singular mientras me encontraba recargado en los bebederos, durante un receso de labores, ella estaba del otro extremo y claro para romper el hielo pensé en muchas posibilidades de inicio para una charla; más la única que utilice fue: “Que feo es estar solito, ¿Verdad?”, a lo que obviamente ella respondió con un “sí, claro”. #NadaComun
Después del contacto empecé a adentrarme en su vida, así como ella en la mía, por lo que rápidamente encajamos inesperadamente y nos vimos envueltos entre historias y risas que nos llevaron a aumentar eficazmente nuestra conexión.
Vivir bajo el yugo de un secreto o de alguien que no se es, siempre lleva a situaciones complicadas que al final del día solo terminan afectando a personas valiosas y lo más importante a uno mismo, bajo estas premisas es como decidí compartirle a esta persona mi más preciado secreto hasta el momento, pero fue inevitable recordar ese momento cuando sucedió lo que hasta ese día era la tragedia más grande de mi vida.
Remontando al pasado en la graduación de mi secundaria, durante la cena de despedida uno de mis compañeros se acercó a mi madre y le comento: “¿Cómo le va con lo de que su hijo es gay?”. Mientras esto sucedía en la mesa, yo me encontraba bailando como el colegial que era en esa época, riendo y riendo cual loca bipolar en estado de manía sin haber ingerido tratamiento psiquiátrico prescrito en la pista de baile.
Esa dulce persona sádica cayó desde ese momento a mi juicio, el cual, fue rotundo y directo hacia el odio por su ente ya que no debió haberse entrometido en algo que no le correspondía. El compartir esa información era un derecho que yo tenía y que de mi dependía el dar ese gran salto y no haber sido empujado a ese vacío. Aunque si no hubieran pasado así las cosas tal vez mi madre aún no sabría nada relacionado a mí. Vida bipolar, ¡lo sé!
La forma en que me enteré de todo esto fue cuando decidí tomarme unos segundos de descanso y me fui hacia la mesa desde la pista de baile sentándome a un lado de mi madre. Ella tenía una cara peor que la del día que me pario (obviamente estuve ahí pero no recuerdo nada del parto estaba concentrado en venir al mundo). Al son de “tenemos que hablar” me di cuenta que había una situación delicada y por ello decidí dirigirme con Eduardo, el tipo que había estado sentado minutos antes con mi mamá o el patán que me robo ese momento mágico con mi madre en donde se confiesan las verdades más puras. Agradezco la existencia del sarcasmo.


Y es que tienes ese sexto sentido de cuando algo va mal y desde el fondo sabes que sucedió y tratas de negar en tu mente que fue eso con todas tus fuerzas, aunque realmente no aguantes las náuseas de nervios, impotencia, rabia, miedo, frustración, angustia y bueno el mundo sobre ti, buscando una verdad. Al menos a los 15 años así se deslumbraba.
Sin pensar continúe mi camino hacia la búsqueda de aquel atrevido hasta que di con su presencia y le enfrente. Tenía la cara hinchada, y como era pelirrojo pues se le notaba intensamente el cambio de textura, ojos de color que parecían estar hundidos, olor terrible como a algodones de hospital en descomposición y hablaba con tal lentitud; pero a pesar de todas estas virtudes que desbordaba en ese instante le cuestione sobre qué había pasado con mi madre y pues claro ¡escuche lo que no quería! Y experimente por primera vez la sensación de la sangre en mis pies, el estómago destrozado y se nublo la vista de un futuro para mí.
Lo que pasaba era que tenía miedo de cómo aceptaría mi mamá esas cosas porque siempre había sido una buena madre para mí y lo peor que sientes como hijo bajo este panorama es que le causaste decepción a tus padres. Lo único que agradecí en ese momento es saber que como no conocí a mi padre y mi madre era soltera pues no tendría que pasar dos veces por esta circunstancia aunque como vivía con mis tías las que no se casaron, pues nada estaba escrito. ¡Trágame tierra y escúpeme con una vida hecha!
Cuando sabes que eres parte de ese porcentaje de población que tiene por vida y futuro un signo de interrogación, realmente empiezas a culparte y a sentir que no mereces el pasar por algo así. Y es que es el discurso de todos los días y de toda la vida y las generaciones: ¡Yo no elegí ser así!
No tienes idea de que quieres, si la adolescencia es difícil como tal por los cambios que vienen consigo, para alguien que es diferente en el aspecto sexual es más que una tormenta, que un tornado es además de tus cambios físicos una etapa en la que te encuentras a ti mismo. No existen las confusiones referentes a lo sexual en este aspecto, siempre es algo que traes contigo desde que naces ya que desde que tienes uso de razón te percatas de este suceso.
Después de mi análisis de segundos, solté las primeras palabras hacia Eduardo las cuales hirientes  le causaron molestia y en respuesta sus argumentos fueron: “Tú mamá ya sabía que eras gay y sólo necesitaba confirmarlo… y pues le pregunte, señora ¿Cómo le va con lo de que su hijo es gay?..”. Consecuente con el principio de acción-reacción mi reacción vino en forma de cachetada. Nunca había golpeado a alguien pero bueno también se cataloga esto dentro de “la primera vez”.
No paraba de pensar como la vida en ocasiones te asalta tan rápido y coloca familia, amigos y personas que quieres sostenidas de una cuerda tan delicada que no sabes si se romperá o si se hará más fuerte y soportará todo, pero dentro de esa incertidumbre te llevas un trozo de intestino por la preocupación. También #LaPrimeravez.


Ese día llegue a mi casa a descansar y a terminar la más horrenda jornada hasta entonces vivida y hasta el día siguiente fue cuando la bomba tenía que estallar, y pues así paso, con el amanecer tenía a mi mama sentada a la orilla de la cama esperando que despertará y claro vino la pregunta tétrica “¿Es cierto que eres gay?”. Inmediatamente y rotundamente dije “¡NO!, ese tipo que hablo contigo sólo quería perjudicarme porque quería andar conmigo” #Mentira.
Así fue como mi mama poco convencida, se quedó con mi respuesta y como era el lapso de vacaciones de verano hice lo mejor que pudo habérseme ocurrido, un hecho lleno de valentía, hui con mi abuelita a pasar esos meses en reflexión mientras ingresaba a la preparatoria.
Grande fue mi sorpresa cuando un día mi mama fue con mis abuelos y de nuevo me enfrento pidiéndome le dijera la verdad argumentándome que quería apoyarme que no era un problema grande para ella y bueno pues bajo estos argumentos accedí y se lo confesé, lo acepte.
Todo esto es referente a que es imposible no referirte a esta etapa cada que empiezas a convivir con nuevas personas en tu vida ya que siempre son los mismos nervios, los mismos sentimientos, en diferente escala tal vez pero siempre están presentes por que no sabes que es lo que realmente te espera, si serás víctima de aceptación o sometido a burlas o comentarios negativos.
Por lo anterior en Estefany pude ver una oportunidad brindada basada en la confianza y por ello determine el comentarle todo esto. Inmediatamente lo acepto lo relaciono y empecé a darme cuenta que después de todo no era tan malo como pensaba aunque no sabía realmente todo lo que estaba a punto de vivir.
Este fue mi primer consecuencia basada en el alcohol una de tantas que aún me esperaban. A veces agradeces muchas cosas cuando esas bebidas hacen que saques verdades ya que sobrio no lo harás, pero ebrio siempre lo arreglarás. No es de las mejores maneras pero funciona en ciertos momentos ya que te liberas de las cosas que estas reservándote siempre.
Continúe mis estudios  y me encontré con alguien dentro de esa preparatoria que despertó en mi cierta inquietud referente a gusto.  Me empecé a enamorar de un chavo que iba en mí mismo grado pero en el grupo contrario. Convivíamos en las clases de inglés y de ahí surgió buena parte de todo esto.
Yo le hable un día que estaba él sólo sentado en unas escaleras y nos conocimos. Su nombre era Juan Carlos. Estefany, Juan Carlos y yo comenzamos un grupo de amistad muy bueno, en el que convivíamos de forma constante y aun de manera sana hasta que nos iniciamos en el extenso mundo de los tragos, fiestas y aquelarres.
Cuando tienes 16 años el amor es la parte más fundamental de la vida y es que; de lo que te causa ansiedad es lo más demandante. Experimentas una forma de desvivir por esa persona cada día, quieres cuidarle hasta cada suspiro, no te importa lo patán que pueda ser mientras este a tu lado. Es parte del crecimiento personal identificar mejor a las personas con las que te involucras, aunque es un proceso que no estoy seguro que en algún punto de la vida de alguien termine, ya que por menos que te quieras enrollar, siempre terminas atrapado.
Con él viví momentos interesantes ya que me tocó su etapa de salir del closet, situación que a mí me complico la existencia debido a su indecisión y cuestionamientos que se realizaba y más que nada el hecho de que no se permitía la oportunidad de vivir realmente algo real con alguien y eso le obligó a terminar en circunstancias dramáticas conmigo que hasta el día de hoy se encuentran un tanto cuanto vigentes.
Siempre lo he catalogado como el primer y real mariposeo en mi estómago ya que tuve uno más con anterioridad llamado Luis, era el usual amigo de la cuadra con el que salía a jugar más sin embargo un día dentro de toda esta situación a inicios de curso cuando me encontraba en 3ero de secundaria le conté acerca de mis preferencias y él no sólo las acepto si no que fue más allá de todo ello y comenzamos una “relación”. La realidad es que en esa época no sabes ni siquiera que estás haciendo, si siendo adulto lo desconoces, como puberto no hay una opción para ayudarte. Viví cosas divertidas, los primeros besos, los primeros acercamientos cuerpo-cuerpo, el dormir junto alguien pero no dejaba de ser un pequeño juego de niños, hasta que un día sus papás nos encontraron dándonos un beso y nos alejaron.
El primer dolor de amor es profundo, y piensas que no puede ser peor, pero la vida tiene mejores sorpresas. Ahora puedo escuchar como en ese momento el destino se reía de mí a carcajadas. El futuro no era menos prometedor y es que cuando tienes patrones prediseñados dentro de tu mente todo tiene que ser de cierta forma, sin embargo gran parte de tu camino se trata de construir tu propio futuro dejando de lado todos los arquetipos, estereotipos y demás ya que cada quien es único y tiene su propio tiempo, espacio y necesidades.
Fue tan grande la decepción de sus padres y su odio hacia mí, que me culparon de haberle “incitado” a que cayera en todo este proceso. Es cuando pensé que lo que estaba viviendo no era fácil y que la verdad lo que menos quería era compartírselo a alguien más, por eso ellos se cambiaron de casa lejos de mí y le prohibieron verme, aunque a esa edad lo que verdaderamente me dijeron fue que él se había suicidado. Me sentí tan culpable por ello por saber que por mis acciones alguien había deshecho su vida. Y es que a veces no sabemos el daño colateral que podemos ocasionar hacia otras personas, por pensar sólo en nosotros mismos de la manera en que nos centramos en lo que queremos o esperamos de los demás, cuando de antemano debemos aprender que hay que dejar ser. Esa es la mejor forma de respetar a alguien dejarle ser sin reprimirle sin establecerle límites siempre y cuando su esencia no dañe a los demás. Más que permitir la efervescencia del ser de cada persona se debe encaminar al desarrollo del potencial máximo de cada uno por que ello es lo que realmente inyectará de pasión el día a día de nuestra vida y nos permitirá seguir adelante aun rodeados de las típicas incógnitas que siempre están presentes. Por qué cuando esa chispa de vida no circula en nuestra sangre vivimos en un mundo lleno de hastío y vacío que nos lleva hacia la soledad y a perder las ganas de vivir. Ahora se todo esto, y es exactamente lo que Luis vivía en ese momento y fue algo que por lo que también Juan Carlos pasaba.
Juan Carlos me hizo pasar ratos extraordinarios cuando platicábamos acerca de cosas absurdas y burdas y me enseño a no querer irme cuando me la estoy pasando bien. Hice cosas tontas como pasear en la línea de tren eléctrico o metro de la ciudad de un polo a otro solo tonteando, ir a tirarnos al pasto en un día soleado en un parque lleno de bullicio dentro de la ciudad entre otras más.
Hasta que comenzaron los inconvenientes que fueron a raíz de su mamá ya que no lo aceptaba y sentía que era algo consecuente de un hecho negativo que ella había cometido lo que detonó toda esta situación desastrosa desde su punto de vista. Sin embargo la realidad era que él simplemente estaba sacando su esencia.
Resultado de todo ello esta persona comenzaba a darme alas y después se alejaba de mí lo que me ocasionó la primera decepción. Era el típico discurso sobre si todas las personas serian de esa manera ya que es entonces cuando comenzamos la regla sagrada de la generalización donde vemos que todos son iguales. #Egoísmo
Al final del día decidí alejarme de él, ya que lo considere nocivo para mí por sus acciones tan irreverentes y absurdas que no llegaban hacia ningún lado, por lo que me topé con alguien de nombre Fernando, otro hombre que fue una ironía, alguien que me hizo vivir la realidad del verdadero primer amor la más importante de las primeras veces y al mismo tiempo la separación más repentina, pero él aparecerá más adelante.
Mientras tanto mi amistad con Estefany crecía cada día más y más, ya que me adentre en su familia; ella en la mía, aunque reconozco que de mi lado no fue de la misma manera, y poco a poco nos integrábamos en una amistad que sin pensarlo ha perdurado el correr de los años a través de las parejas, las depresiones, la economía y demás situaciones comunes, absurdas, inhóspitas, interesantes y sorprendentes que pudiera describir. Sin duda racimos de experiencias que voy a contarles a mis hijos y que llevó muy cerca de mi corazón al recordar cada una sonriendo y conservando siempre el deseo de seguir escribiendo algunas de ellas ya que la tinta y las hojas, o los dedos y el teclado no se nos han terminado.

Respecto a mi familia, ingresé en una zona de cierto confort, ya que mi mamá tiene conocimiento de toda mi vida, debido a que decidí que cuando haga estallar esa granada quiero que sea realmente por alguien que valga la pena y no hacerlo de manera constante por simples aventuras, es mejor jugarse el 100% de todo que estar apostando pequeñas cantidades que te dejen vacío al final. 

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