sábado, 7 de noviembre de 2015

#Decepción

Capitulo 3


#Decepción


Nunca sabemos cuándo el destino nos pondrá a alguien frente a nosotros de valor considerable para entablar una relación de cualquier tipo, así que las posibilidades de predestinar un acontecimiento en este aspecto son algo dadas a probabilidades que ni la estadística es capaz de ayudar como un instrumento de medición.
A veces creemos tener la capacidad de predecir las cosas, más sin embargo es algo complicado el lograr hacerlo ya que cada persona por su propia identidad es un abanico multicolor de sorpresas ironías, virtudes y defectos.
Así de esas formas inexplicables, suelen pasar cosas extraordinarias que nos recuerdan la esencia de nuestra existencia y que gracias a esos pocos momentos de gloria nos mantenemos con vida, día a día, en la expectativa de recopilar más de ellos y dejar de lado los malos recuerdos.
De esta manera fue como conocí a alguien especial cuando tenía 18 años, él de 24 con un importante trabajo, yo en pleno desarrollo profesional, dentro de los estudios universitarios, ilusionable, idealista y tímido, aunque gracias a esa persona comencé a ser alguien más extrovertido.
Es como la historia más común de amor que se escucha por todos lados, la diferencia radica cuándo tú eres el protagonista, y en esta ocasión así fue. Recuerdo que salimos con intención de acudir a un café, ya que eran épocas en que el alcohol y yo estábamos conociéndonos pero aún no éramos lo amigos que somos hoy. 
Fue esa la primera vez que sentí ese acelere de corazón, ese apretón de intestino, esos giros constantes de la mente en donde repites tu “speech” y tratas de crear un mapa mental de las posibles preguntas a las que serás sometido y clasificas tú información a compartir de la forma más adecuada bajo tú criterio. Con el tiempo me di cuenta que todo eso es cansado y que realmente la mejor metodología cuando conoces a alguien es ser tú mismo, ya que de todas formas siempre serás tú, y las máscaras o facetas siempre cansan y desgastan.
Una vez que llegué al punto acordado en un parque del centro de la ciudad, él ya se encontraba ahí con su camisa azul claro, sus lentes de sol y un pantalón de mezclilla que le hacía ver genial. Inmediatamente me acerque y mis primeras palabras fueron confusas, contradictorias e inexplicables, ya que los nervios me destrozaban de forma devastante. Él comenzó la conversación y me dijo: “estas que te mueres de los nervios, ¿verdad?” y le respondí con otro tartamudeo para corroborar la información.
Por ello la batuta de esa primera cita fue tomada obviamente no fue mía, lo cual nos llevó a un lugar interesante, en donde las horas de charla se alargaron de forma impensable hasta ser lo más cercano a un sueño por las sensaciones tan maravillosas que ocurrían dentro de mí.
Ese puede catalogarse como mi comienzo en el asunto del amor, ya que la pase increíble y me sentí aceptado de una manera tan extraordinaria que hasta la consideraba inexplicable. Y no sólo fue eso desarrollamos un vínculo amistoso de igual manera que nos permitió crecer como personas. Creo que gracias a esta primera experiencia mi criterio respecto a las relaciones se formó muy adecuado, por lo cual agradezco haberme topado con esa persona en mi vida.
Desafortunadamente en esta etapa nunca hubo una formalización de esas sensaciones, experiencias y momentos que estábamos viviendo, aunque realmente no nos era necesario ya que nuestras miradas y expresiones faciales lo decían todo.
Fueron cerca de 3 meses en los cuales esos signos de interrogación que habitaban en mi mente sobre mi futuro, fueron poco a poco desvaneciéndose y empezaron a aterrizarse. En este momento fue cuando me percaté de que realmente las cosas no son tan diferentes a una pareja heterosexual, es entonces cuando comprendí que la vida está compuesta de lapsos en el tiempo que van poco a poco haciéndonos madurar.
Él era alguien extraordinario viví excelentes momentos, hasta que desafortunadamente tuvo que cambiar de residencia por su trabajo hacia la ciudad de Monterrey. Me propuso vivir a su lado en dicha ciudad, pero no era mi momento, aún tenía planes que no podía posponer, y de los cuales dependía mi futuro por lo que no era una buena idea arriesgarlos por algo que pudiera llegar a ser efímero.
Son los momentos en donde las crisis existenciales se vuelven más irónicas que la propia realidad, en donde lo más obvio es lo correcto, ya que siempre será la mejor de las opciones el camino simple. Lo importante es no adjudicar elementos adicionales a los pensamientos expresados, ni dar cabida a la imaginación ya que sólo se inflará una mentira si se permiten esas acciones dentro de una relación.
Muchos cuestionamientos que me realice se enfocaban en base a si realmente yo me sentía lo suficientemente enamorado de esta persona como para atreverme a dar ese paso y es que en realidad no lo estaba, el tiempo me hizo comprender que fue la decisión adecuada y que no pude haber hecho algo mejor.
Él terminó decepcionado es base, argumentando lo poco comprometido que me encontraba con esta relación ya que después de todo él aportaba más a todo esto que yo y fui presa de mis inseguridades, razones principales por las cuales no di ese salto.
De esta manera Fernando, su familia, su departamento, su auto y todas esas tardes de charlas larguísimas sentados en su sofá con una taza de café se fueron en busca de otra versión mejorada de mí, en otra ciudad, en otro contexto, con la esperanza de que las siguientes oportunidades serían mejores, y realmente aunque tardaron en llegar, si fueron excelentes y cada una valió la pena.
Dentro de mí en ese espacio de tiempo las ideas me daban vueltas, y aunque continuaba saliendo y conociendo gente, nadie me ofrecía esa conexión intelectual y profunda que yo atesoré, lo cual me llevo a darme cuenta que lo que a mí me hacía sentirme pleno no era encuentros o salidas furtivas de horas, si no acercamientos más profundos y llenos de aprendizaje.
Así fue como cree mi percepción sobre mi aspecto sentimental y con gusto lo digo que he sido, hasta el día de hoy, fiel a estos ideales que centralicé. Sé y reitero que no ha sido fácil mantener estos elementos firmes, ya que cuando quieres y amas de esta manera es un hecho certero que todo viene acompañado de trozos faltantes de corazón que cada persona te va a arrancando cuando se alejan.

Es fácil y simple comprender a las personas, y es fácil y simple evitar situaciones incomodas en este aspecto siempre que la honestidad y la verdad lideren estas relaciones, aunque a veces las personas complican todo cuando exaltan sus inseguridades fruto de los miedos, por ello yo siempre he dicho que si se siente algo por una persona hay que confesarlo, si no es así de igual manera hay que compartirlo de forma directa sin temores y evitando los arrepentimientos, ya que todo en su conjunto, errores y aciertos forman esto que conocemos como “vivir”. 

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