Capitulo 3
#Decepción
Nunca sabemos cuándo
el destino nos pondrá a alguien frente a nosotros de valor considerable para
entablar una relación de cualquier tipo, así que las posibilidades de
predestinar un acontecimiento en este aspecto son algo dadas a probabilidades
que ni la estadística es capaz de ayudar como un instrumento de medición.
A veces creemos tener
la capacidad de predecir las cosas, más sin embargo es algo complicado el
lograr hacerlo ya que cada persona por su propia identidad es un abanico
multicolor de sorpresas ironías, virtudes y defectos.
Así de esas formas
inexplicables, suelen pasar cosas extraordinarias que nos recuerdan la esencia
de nuestra existencia y que gracias a esos pocos momentos de gloria nos
mantenemos con vida, día a día, en la expectativa de recopilar más de ellos y
dejar de lado los malos recuerdos.
De esta manera fue
como conocí a alguien especial cuando tenía 18 años, él de 24 con un importante
trabajo, yo en pleno desarrollo profesional, dentro de los estudios
universitarios, ilusionable, idealista y tímido, aunque gracias a esa persona
comencé a ser alguien más extrovertido.
Es como la historia
más común de amor que se escucha por todos lados, la diferencia radica cuándo
tú eres el protagonista, y en esta ocasión así fue. Recuerdo que salimos con
intención de acudir a un café, ya que eran épocas en que el alcohol y yo
estábamos conociéndonos pero aún no éramos lo amigos que somos hoy.
Fue esa la primera
vez que sentí ese acelere de corazón, ese apretón de intestino, esos giros
constantes de la mente en donde repites tu “speech” y tratas de crear un mapa
mental de las posibles preguntas a las que serás sometido y clasificas tú
información a compartir de la forma más adecuada bajo tú criterio. Con el
tiempo me di cuenta que todo eso es cansado y que realmente la mejor metodología
cuando conoces a alguien es ser tú mismo, ya que de todas formas siempre serás
tú, y las máscaras o facetas siempre cansan y desgastan.
Una vez que llegué al
punto acordado en un parque del centro de la ciudad, él ya se encontraba ahí con
su camisa azul claro, sus lentes de sol y un pantalón de mezclilla que le hacía
ver genial. Inmediatamente me acerque y mis primeras palabras fueron confusas,
contradictorias e inexplicables, ya que los nervios me destrozaban de forma
devastante. Él comenzó la conversación y me dijo: “estas que te mueres de los
nervios, ¿verdad?” y le respondí con otro tartamudeo para corroborar la
información.
Por ello la batuta de
esa primera cita fue tomada obviamente no fue mía, lo cual nos llevó a un lugar
interesante, en donde las horas de charla se alargaron de forma impensable
hasta ser lo más cercano a un sueño por las sensaciones tan maravillosas que
ocurrían dentro de mí.
Ese puede catalogarse
como mi comienzo en el asunto del amor, ya que la pase increíble y me sentí
aceptado de una manera tan extraordinaria que hasta la consideraba
inexplicable. Y no sólo fue eso desarrollamos un vínculo amistoso de igual
manera que nos permitió crecer como personas. Creo que gracias a esta primera
experiencia mi criterio respecto a las relaciones se formó muy adecuado, por lo
cual agradezco haberme topado con esa persona en mi vida.
Desafortunadamente en
esta etapa nunca hubo una formalización de esas sensaciones, experiencias y
momentos que estábamos viviendo, aunque realmente no nos era necesario ya que
nuestras miradas y expresiones faciales lo decían todo.
Fueron cerca de 3
meses en los cuales esos signos de interrogación que habitaban en mi mente
sobre mi futuro, fueron poco a poco desvaneciéndose y empezaron a aterrizarse.
En este momento fue cuando me percaté de que realmente las cosas no son tan
diferentes a una pareja heterosexual, es entonces cuando comprendí que la vida
está compuesta de lapsos en el tiempo que van poco a poco haciéndonos madurar.
Él era alguien
extraordinario viví excelentes momentos, hasta que desafortunadamente tuvo que
cambiar de residencia por su trabajo hacia la ciudad de Monterrey. Me propuso
vivir a su lado en dicha ciudad, pero no era mi momento, aún tenía planes que
no podía posponer, y de los cuales dependía mi futuro por lo que no era una
buena idea arriesgarlos por algo que pudiera llegar a ser efímero.
Son los momentos en
donde las crisis existenciales se vuelven más irónicas que la propia realidad,
en donde lo más obvio es lo correcto, ya que siempre será la mejor de las
opciones el camino simple. Lo importante es no adjudicar elementos adicionales
a los pensamientos expresados, ni dar cabida a la imaginación ya que sólo se
inflará una mentira si se permiten esas acciones dentro de una relación.
Muchos
cuestionamientos que me realice se enfocaban en base a si realmente yo me
sentía lo suficientemente enamorado de esta persona como para atreverme a dar
ese paso y es que en realidad no lo estaba, el tiempo me hizo comprender que
fue la decisión adecuada y que no pude haber hecho algo mejor.
Él terminó
decepcionado es base, argumentando lo poco comprometido que me encontraba con
esta relación ya que después de todo él aportaba más a todo esto que yo y fui
presa de mis inseguridades, razones principales por las cuales no di ese salto.
De esta manera
Fernando, su familia, su departamento, su auto y todas esas tardes de charlas
larguísimas sentados en su sofá con una taza de café se fueron en busca de otra
versión mejorada de mí, en otra ciudad, en otro contexto, con la esperanza de
que las siguientes oportunidades serían mejores, y realmente aunque tardaron en
llegar, si fueron excelentes y cada una valió la pena.
Dentro de mí en ese
espacio de tiempo las ideas me daban vueltas, y aunque continuaba saliendo y
conociendo gente, nadie me ofrecía esa conexión intelectual y profunda que yo
atesoré, lo cual me llevo a darme cuenta que lo que a mí me hacía sentirme
pleno no era encuentros o salidas furtivas de horas, si no acercamientos más
profundos y llenos de aprendizaje.
Así fue como cree mi
percepción sobre mi aspecto sentimental y con gusto lo digo que he sido, hasta
el día de hoy, fiel a estos ideales que centralicé. Sé y reitero que no ha sido
fácil mantener estos elementos firmes, ya que cuando quieres y amas de esta
manera es un hecho certero que todo viene acompañado de trozos faltantes de
corazón que cada persona te va a arrancando cuando se alejan.
Es fácil y simple
comprender a las personas, y es fácil y simple evitar situaciones incomodas en
este aspecto siempre que la honestidad y la verdad lideren estas relaciones,
aunque a veces las personas complican todo cuando exaltan sus inseguridades
fruto de los miedos, por ello yo siempre he dicho que si se siente algo por una
persona hay que confesarlo, si no es así de igual manera hay que compartirlo de
forma directa sin temores y evitando los arrepentimientos, ya que todo en su conjunto,
errores y aciertos forman esto que conocemos como “vivir”.
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